jueves, 29 de julio de 2010

¿Tienen razón de ser los impuestos a los combustibles?

Ahora el término de moda en el país es “indexar”, un concepto escasamente conocido entre el ciudadano “común”, pero muy en el tapete en su sentido económico a partir de declaraciones recientes del ministro de Hacienda, Vicente Bengoa, anunciando la “indexación” de uno de los impuestos a los combustibles.

En el sentido económico, “indexar” viene del vocablo inglés “indexation”, que en su significado más general, significa ajustar una variable por un índice de precios con el objetivo de que la misma mantenga su valor real en el tiempo.

Por ejemplo, el salario nominal de una persona conforme suben los precios va perdiendo valor. Para evitar que esto ocurra, cada cierto tiempo se ajustan los salarios por inflación, es decir se incrementan al menos en la misma proporción que han subido los precios. De esta manera, los salarios mantienen su poder de compra en el tiempo.

En algunos países, el salario mínimo se indexa cada año, tomando en cuanta la inflación del año anterior, asegurando con esto que los grupos de menor ingreso mantengan su poder de compra.

La indexación se aplica también a otras variables económicas, como por ejemplo a la tasa de interés, a los impuestos, etc.

Es en ese contexto que la Ley 112-00 establece en su artículo 2, que el impuesto aplicado a cada combustible será indexado cada trimestre en base al índice de precios al consumidor (IPC) publicado por el Banco Central.

Con esto, el valor del impuesto que es fijo, se ajustaría por inflación para así mantener su poder de pago necesario, dado que esos ingresos serían especializados para cubrir el servicio de la deuda externa.

No obstante, esa ley ha sufrido varias modificaciones, una de las cuales además del impuesto fijo, establece otro ad-valorem (al valor) de 16 por ciento sobre el precio de importación de cada combustible.

La pregunta importante a responder en la actualidad es, si tiene razón de ser la convivencia de esas dos figuras impositivas.

Para que se tenga una idea del impacto que tienen los impuestos en el precio final de los combustibles, de acuerdo a los precios oficiales vigentes, en el caso de la gasolina premium, el 36.9 por ciento ciento de los 163.5 del precio final por galón corresponde a impuestos, es decir, 60.4 pesos (47.21 pesos del impuesto fijo y 13.17 del variable).

Asimismo, el 35.5 por ciento del precio de la gasolina regular, se debe a los impuestos, y 23.5 por ciento en el gasoil del mismo tipo.

En el caso del gasoil premium, la carga impositiva representa el 25.9 por ciento, unos 35 pesos de impuestos por galón .

Como se puede ver, uno de los componentes que tiende a encarecer los precios de los combustibles a nivel local, independientemente de las cotizaciones internacionales, es la política impositiva del Gobierno.

Una forma de atenuar la situación para el consumidor, es simplificar la estructura impositiva de los combustibles, para lo cual habría que elegir entre dos alternativas, pero ambas pasan por dejar un solo impuesto.

Una primera opción sería eliminar el impuesto variable de 16 por ciento, y dejar el fijo contemplado en la Ley 112-00. Con lo que haciendo uso de la figura de la indexación se aseguraría el mantenimiento del poder de compra de los recursos recaudados.

La otra opción, es eliminar el impuesto fijo, y dejar sólo el ad-valorem de 16 por ciento, ajustando de esa manera la tasa impositiva local a las variaciones de los precios de los combustibles en el mercado internacional.

Con esto último, además de la simplificación, ya no haría falta “indexar” los precios a las variaciones del IPC, con lo cual se añadiría transparencia y se reduciría el grado de “manejo” político del marco legal.

Mantener las dos figuras impositivas es a todas luces excesivo, y más si se quiere recurrir a la “indexación” como ahora, sobre todo en un país donde se indexan variables como los impuestos y la tasa de interés de manera automática, no así los salarios.

miércoles, 28 de julio de 2010

La Calle - Juan Luis Guerra feat Juanes - 2010 "A Son De Guerra"

Arregla los papeles - Juan Luis Guerra - 2010 "A Son De Guerra"

La guagua - Juan Luis Guerra 2010 "A Son De Guerra"

viernes, 23 de julio de 2010

Síndico Puerto Plata se asigna monopolio del telecable

(Publicado el 23/07/2010 en www.7días.com.do)
Lo que en principio parecería una simple noticia “provinciana”, constituye un escándalo típico de conflicto de interés y acción al margen de la ley. Seguir leyendo...

miércoles, 14 de julio de 2010

La Presidencia concentra el gasto público

(Publicado en www.7dias.com.do)
La Presidencia de la República, el Ministerio de Obras Públicas, la administración de la deuda  y las obligaciones del Tesoro Nacional, concentraron el 60 por ciento del gasto público en los cinco primeros meses del año, según datos preliminares publicados por la Dirección General de Presupuesto (Digepres). Seguir leyendo...

viernes, 2 de julio de 2010

Más datos señor "ministro"

El “ministro” de Hacienda Vicente Bengoa se ahorraría muchas “explicaciones”, “desmentidos” e insultos a los economistas independientes y de la oposición, si su “ ministerio” se manejara con transparencia y coherencia en la difusión de las estadísticas.

En estos días se han difundido cifras distintas del déficit fiscal del país, y pienso que el problema no sólo radica en la lucha de los intereses contrapuestos entre la oposición y el Gobierno, sino en la poca transparencia de Hacienda.

Hace unos días analizaba las cifras fiscales de los primeros cuatro meses de este año, y al compararlas con las de otros dos colegas, noté que, aunque las cifras eran coherentes, teníamos diferencias.

No me cabe dudas que esas diferencias se deben a los formatos poco transparentes (imágenes en PDF) de ficheros que publica Hacienda, la poca sistematicidad y coherencia en la difusión.

Por ejemplo, cuando interesa decir que los ingresos crecen, y que con ello la actividad económica, los datos de ingresos fiscales se publican en formato xls en la web de Hacienda, en cambio si no interesa (supongo) que se sepa lo que ocurre con los gastos, por lo que la ejecución de los mismos se publican en Digepres (una dependencia de Hacienda), pero en formatos de imagen (dentro de un PDF).

Para demostrar que el déficit es una u otra cifra, el ministro de Hacienda no tendría que convocar a rueda de empresa, si manejara su ministerio con transparencia en la difusión de las estadísticas que produce. Obviamente, la rueda de prensa debería ser sistemática cada mes, para anunciar la disponibilidad primero, y segundo, presentar el análisis de los datos, sin importar que estos favorezcan o no al Gobierno.


Espejitos por oro

jueves, 1 de julio de 2010

¿”Nuevo" billete de 20 pesos para qué?

Este jueves comienza a circular el “ nuevo” billete de 20 pesos. Según el Banco Central el mismo será más “seguro”, “higiénico” y “duradero”.

Es obvio que si este billete cumple con las tres características anteriores es muy positivo, y de hecho deseable que todas las denominaciones sean como este.

Pero el punto es ¿por qué emitir un nuevo billete de 20 pesos?

Anteriormente, la economía contaba con un billete de esta denominación y fue sacado de circulación. En su lugar se puso a circular una moneda de 25 pesos, la cual vino a complicar la existencia del ciudadano de a “pies”, entre otras cosas por su tamaño y peso.

En esa ocasión el Banco Central se gastó varios millones en publicidad para anunciar la desaparición del billete de 20 pesos, y la puesta en circulación de la moneda de 25. Ahora vuelve como el perro arrepentido del “Chavo del 8” ó como el mismo “Droopy”, anunciado que de “nuevo” se ponen a circular los 20 pesos, para lo que igual se gasta sumas millonarias.

Gasto en publicidad para enterar a la gente del nuevo billete y como siempre hace esta institución “ cacarear” el huevo puesto con un mero objetivo político. A esto se agrega el costo de emisión del billete como tal.

¡Cuánta irracionalidad en una institución que viene operando con un enorme déficit!



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