miércoles, 3 de abril de 2013

Semana Santa, turismo y desigualdad territorial


El flujo turístico en la Semana Santa recién transcurrida es una muestra clara de la desigualdad territorial en la República Dominicana. El mayor desplazamiento de “turistas”, como siempre, se dio desde el gran Santo Domingo hacia el resto de las provincias.

Sin embargo, no todo el que se desplazó lo hizo por la libre elección de un lugar para pasarse unas vacaciones, como podría ser dirigirse hacia el enclave turístico del Este, por ejemplo. Flujos internos de turistas en la Semana Santa, como en otras fechas especiales tales como en diciembre por la por las fiestas de Navidad y de fin de año, están condicionados por el lugar de origen de las personas.

El “turismo” que hacen miles, consiste en visitar sus lugares de origen para estar con familiares y amigos.

La realidad es que debido al desarrollo desigual en el territorio, la población del país se viene concentrando en grandes ciudades, sobre todo en Santo Domingo.

La emigración fuera del país, también es una consecuencia de las asimetría de desarrollo territorial.

Ese desarrollo desigual y la consecuente emigración interna y externa, no han sido por causas azarosas. El gran culpable ha sido el Estado con sus políticas sesgadas.

Una de las causas de este problema es la centralización de la burocracia estatal con la correspondiente toma de decisiones en la “Capital”.

Asimismo, la desigualdad en la inversión pública, concentrándose básicamente en las grandes urbes acelera el fenómeno. Dentro de esa lógica entran obras faraónicas como el Metro Santo Domingo.

La política de industrialización y el sesgo anti-agrícola, también sumaron otros tantos.

El fenómeno ya es cultural. El otro día oí un famoso comentarista de una popular emisora de radio (que emite desde Santo Domingo por supuesto) que más o menos decía (en paráfrasis): le dije al candidato X que tenía que mudarse a la Capital para competir por la presidencia. Al menos pasar aquí dos o tres días..., terminó diciendo el contertulio.

Frases como “capital es capital, lo demás es monte y culebras”, “la capital, donde se hacen los cheques...” “la serie del campo”, aducen que habitar en la Capital es algo así como ser “ciudadano de primera” y los de provincias “de segunda” o “provincianos, de pueblo” que sería lo mismo.

El PNUD ha documentado que las oportunidades para que las personas se desarrollen son asimétricas en el territorio, estos es, que hay lugares con mayores oportunidades que otros. Tristemente, las estadísticas también muestran que la pobreza es mayor en las provincias.


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