Semana Santa, turismo y desigualdad territorial
El
flujo turístico en la Semana Santa recién transcurrida es una
muestra clara de la desigualdad territorial en la República
Dominicana. El mayor desplazamiento de “turistas”, como siempre,
se dio desde el gran Santo Domingo hacia el resto de las provincias.
Sin
embargo, no todo el que se desplazó lo hizo por la libre elección
de un lugar para pasarse unas vacaciones, como podría ser dirigirse
hacia el enclave turístico del Este, por ejemplo. Flujos internos de
turistas en la Semana Santa, como en otras fechas especiales tales
como en diciembre por la por las fiestas de Navidad y de fin de año,
están condicionados por el lugar de origen de las personas.
El
“turismo” que hacen miles, consiste en visitar sus lugares de
origen para estar con familiares y amigos.
La
realidad es que debido al desarrollo desigual en el territorio, la
población del país se viene concentrando en grandes ciudades, sobre
todo en Santo Domingo.
La
emigración fuera del país, también es una consecuencia de las
asimetría de desarrollo territorial.
Ese
desarrollo desigual y la consecuente emigración interna y externa,
no han sido por causas azarosas. El gran culpable ha sido el Estado
con sus políticas sesgadas.
Una
de las causas de este problema es la centralización de la burocracia
estatal con la correspondiente toma de decisiones en la “Capital”.
Asimismo,
la desigualdad en la inversión pública, concentrándose básicamente
en las grandes urbes acelera el fenómeno. Dentro de esa lógica
entran obras faraónicas como el Metro Santo Domingo.
La
política de industrialización y el sesgo anti-agrícola, también
sumaron otros tantos.
El
fenómeno ya es cultural. El otro día oí un famoso comentarista de
una popular emisora de radio (que emite desde Santo Domingo por
supuesto) que más o menos decía (en paráfrasis): le dije al
candidato X que tenía que mudarse a la Capital para competir por la
presidencia. Al menos pasar aquí dos o tres días..., terminó
diciendo el contertulio.
Frases
como “capital es capital, lo demás es monte y culebras”, “la
capital, donde se hacen los cheques...” “la serie del campo”,
aducen que habitar en la Capital es algo así como ser “ciudadano
de primera” y los de provincias “de segunda” o “provincianos,
de pueblo” que sería lo mismo.
El
PNUD ha documentado que las oportunidades para que las personas se
desarrollen son asimétricas en el territorio, estos es, que hay
lugares con mayores oportunidades que otros. Tristemente, las
estadísticas también muestran que la pobreza es mayor en las
provincias.