sábado, 29 de mayo de 2010

Una dictadura “light”

En esta sociedad posmoderna, también vivimos la cultura “light”, cultura que abarca desde los hábitos alimenticios hasta la política. Es así como ya tenemos Coca-Cola “light”, Presidente “light”, Brahma “Light”, Pesi-Cola “light”, Yogourt “light”, y un largo etc. de no se cuantas cosas más hasta terminar en restaurantes “light”. En el plano político también se habla de uno que otro gobernante “light”.

La cultura de lo “light” en cierto modo es un engaño, porque en el caso de los “alimentos” que tienen algún efecto negativo, como por ejemplo un refresco de cola, no es que se niegue el daño, sino que se aminora, se suaviza, pero sigue siendo igual de malo, aunque ahora menos intenso. Una cerveza es una cerveza, pero si es “light” significa que tiene menos alcohol, es más suave; igual nuestro hígado tiene que lidiar con esta sustancia extraña para evitar que quien la consuma se intoxique, con la diferencia que ahora lo hará de manera “light”, suave. En otros casos lo “light” es “light” porque tiene menos nutrientes. Un puro engaño.

En el campo político el engaño es mayor. Ahora hablamos de socialismo “light”. Dentro de este tipo de socialistas cabe perfectamente Inaciona Lula da Silva, presidente de Brasil. El hombre dice ser socialista, pero en el fondo, su modelo no es más que puro capitalismo con algo de sensibilidad social. De esta manera, ha podido “sacar” a millones de brasileños de la pobreza, al menos de la pobreza monetaria. Así el influyente Lula, está bien con “dios y con el diablo”: satisface a los empresarios (capitalistas) al permitirle seguir haciendo dinero sin mayores problemas, mientras que para utilizar el lenguaje del triste célebre Hipólita Mejía “boronea” a los más pobres. Construye algunas obras que mejoran la calidad de vida de las favelas, en tanto permite que los capitalistas sigan depredando la selva del Amazona para producir etanol. Enarbola un discurso de justicia social y anti-capitalista en el seno de Naciones Unidas, pero abré sus fronteras a la entrada del capital-fly. Trata a patadas a los miembros de la derecha brasileña, pero no tiene reparos en abrazarse y hacer negocios con un corrupto, liberal y de extrema derecha como Alan García.

De igual manera en esta región de injusticia que llamamos América Latina tenemos otros “socialistas” aunque no tan “light” como Lula. Dentro de esos cabe mencionar a Chávez, con un discurso muy incendiario pero sigue haciendo negocio con la meca del capitalismo, Estados Unidos, mientras su socialismo beneficia a un círculo exclusivo de empresarios-capitalistas pero que para Chávez no son tal. Un requisito para no serlo es ser chavista y por supuesto de paso bolivariano. Claro Chávez ha impulsado una correcta política social que ha sacado al igual que Lula a millones de venezolanos de la pobreza.

Otro “socialista” regional es el Comandante Daniel Ortega de la Nicaragua sandinista. Igual de bocón que Chávez, pero solo en los discursos porque hasta ha llegado a decirse, que en la práctica, ahora en la Nicaragua danielista quien gobierna es su mujer, mientras Ortega disfruta escribiendo y dando discursillos. Por supuestos Ortega es bastante “light” con sus capitalistas preferidos, incluyendo a sus queridos hijos, que conforme pasan los días van aumentado sus fortunas.

Un poco más al norte, el periodista Funes de El Salvador, igual se vende como socialista, pero si no hubiese sido con el apoyo de ciertos empresarios capitalistas con quienes ahora se porta muy “light”, jamás hubiese sido presidente, y aunque lo hubiese sido, hubiera terminado a destiempo sacado del Gobierno a patadas por el trasero por los rancios neoliberales-conservadores salvadoreños.

Mucho más al sur, en la patria que lleva el sol en su bandera, la Argentina de los Kirchner, los dos socialistas-gobernantes han sido muy socialistas en discursos, pero populistas en la práctica y mucho más “light” que cualquiera pero en este caso con sus negocios, los cuales hacen multiplicar su fortuna cada día que pasa la Cristina mandando en la Casa Rosada. Lo mismo ocurrió cuando el socialista-gobernante era su esposo Néstor, el ahora secretario de UNASUR.

Para no cansar mucho el cuento, vengamos al patio, donde un hombre con complejos de Faráon gobierna desde el 2004.

Leonel Fernández es muy difícil de encasillar en una ideología concreta. De momento sabemos, que baila la música del director de orquesta con el que se quiere congraciar. En la práctica, se puede decir que es discípulo fiel de Balaguer, ese mismo, el Balaguer-dictador adicto al poder.

No obstante Leonel Fernández encarna a la perfección una dictadura de nuevo cuño. Es una dictadura “light”.

Puede parecer muy injusto tildar a ese hombre de voz aguda de dictador. Una dificultad para entenderlo, es que lamentablemente nuestra tierra ha sido testigo de dictadores muy duros como por ejemplo Lilís, Trujillo y por qué no Balaguer.

En cambio Leonel, no mata periodistas pero le cercena su cerebro con el poderoso don dinero. No tiene el cierre de medios como política (aunque a veces lo ha hecho), pero es capaz de formar una gran cadena a su servicio con más del 90% de estos como ocurrió en la pasada campaña electoral. O encuentra algún artificio legal para callar a un un periodista disidente como Ernesto Fadul, quien pudo silenciar cerrando el canal por donde hablaba valiéndose de un tecnicismo legal. No tiene el “Foro Público” como El Caribe trujillista, pero cuenta con los servicios fieles del “Peledeín Diario”, hay perdón del Listin Diario, por supuesto el “diario de los dominicanos”.

Ni hablemos de los intercambios de disparos, ni las novelas de la Policía.

Leonel Fernánde no tiene a su servicio una Junta Central Electoral como la de Trujillo donde en ocasiones aparecían más votos que votantes, y el Jefe ganaba por supuesto con más del 90%, pero tiene otra que a una candidata a diputada, donde en el colegio que ejerció su derecho no apareció ni su propio voto. “Que me busquen mi voto, tiene que aparecer”, ha reclamado María Teresa Cabarera.

Leonel no anda con pistola al cinto ni con eso de ropa militar, pero es capaz de en ocasiones extremas enseñar su correa y amenazar con dar una pela. Luego el secretario general de su partido, advierte que “el poder no se desafía”, mientras que días después el Peledeín Diario trae en portada que han descubierto cierto “plan subversivo”, en tanto que los guardias amanecen en las calles en medio de su operación “Jurón”, para defender el “orden constitucional”.

Leonel no amenaza ningún político contrario, pero como todo encantador de serpiente luego aparece levantando las manos de su adversario, mientras estos lanzan loas a su nuevo líder.

No anda vistiéndose de ropa de emperador, pero para no dejar duda de su realidad, se hace acompañar de su apreciada Margarita, quien gusta de los sombreritos de la realeza.

Tal vez usted no quiera creerme y me considere exagerado, o reaccione con algo de mesura como lo hizo don Miguel Guerreo, cuando hace unas semanas, intenté explicar este nuevo tipo de dictadura que dirige Leonel Fernández. Pero probablemente, se le disparen sus alarmas, cuando lea el artículo de Hamlet Hermann de esta semana en el periódico Hoy, en el cual dice, que los que tienen temor porque Leonel encarne una dictadura tras los resultados del pasado 16, parecen tener seis años de atraso.

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