España: ortodoxia económica se impone y como siempre pagan los más pobres

Con la excusa de controlar el déficit fiscal, y atendiendo a la presión de los mercados, el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció el miércoles un considerable ajuste fiscal que perjudica a los ciudadanos españoles.

Entre las medidas, se encuentran reducción de los sueldos en un promedio de 5% para los servidores públicos y 15% para los miembros del Gobierno. Se incluye además importante reducción de la inversión pública, y de algunos beneficios de la seguridad social, como el ajuste por inflación y la pensión parcial. Por supuesto, el cheque-bebé, también se ha ido de bruces.

Por favorecerle, los mercados han celebrado las medidas anunciadas por Zapatero, mientras la prensa dominante española, como El País, lo ha apoyado aunque con algunas críticas subrepticias, porque las medidas no habían venido antes; El Mundo, claro vocero de la derecha, pese a estar de acuerdo, ha externado las más duras críticas, llegando a poner en dudas incluso, si un hombre como Zapatero debe seguir gobernando a los españoles.

Pero lo más importante de lo anunciado ayer por el Gobierno en España, es que de nuevo, las clases populares deben pagar los excesos de los ricos. Los bancos de inversión, amparados por los dogmas y la desregulación de gobiernos liberales, metieron a la economía mundial en el caos que se encuentra. Pero presionaron, primero para recibir inyección de “liquedez” con la cual siguieron especulando, y ahora siguen la presión para que sean los pobres quienes paguen el ajuste.

Así, se sacrifica el bienestar de la población, para que las finanzas pública se ajusten atendiendo a las voces dominantes de la Unión Europea, como Merkel, Zarkozy y Trichet, complementado por supuesto, por el irresponsable FMI.

De nuevo, hoy más que nunca, está clarísimo, que la Unión Europea debería llamarse la Unión Alemana, y que como se ha repetido mil veces, ahora se pone de manifiesto que al capitalismo le agrada sobremanera, privatizar las ganancias y socializar las pérdidas.